Parafraseos:

Parafraseos:

Dice Ticio Escobar: "el mito del arte es uno de los grandes relatos de la modernidad". Explica que uno de los gestos que construye Occidente es crear ciertas producciones artísticas como separadas de la realidad, exentas de problemáticas relacionadas con aspectos tensionantes y complejos de la existencia, tales como los juegos de poder, las determinantes de tipo económico o las representaciones de sujetos subalternos.

martes, 31 de enero de 2012


Sobre Silvia Rivera Cusicanqui:

Vive en La Paz, donde se desempeña como socióloga y docente de la Universidad Mayor de San Andrés. Ha publicado numerosos trabajos sobre la historia política y social de Bolivia, entre ellos "Oprimidos pero no vencidos", "Las fronteras de la coca" y "Ser mujer indígena, chola o birlocha en la Bolivia postcolonial de los años 90". A comienzos de la década del ochenta fundó el Taller de Historia Oral Andina y participó activamente en la editorial Aruwiyiri. Actualmente integra El Colectivo, grupo de investigación que publica una revista “estacional, alternativa e irreverente”.

Ch’ixinakax utxiwa: Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores*

Presentación

Desde hace cierto tiempo Silvia plantea una metodología novedosa para el análisis histórico: la sociología de la imagen. Las imágenes tienen la fuerza de construir una narrativa crítica, capaz de desenmascarar las distintas formas del colonialismo contemporáneo. Son las imágenes más que las palabras, en el contexto de un devenir histórico que jerarquizó lo textual en detrimento de las culturas visuales, las que permiten captar los sentidos bloqueados y olvidados por la lengua oficial.

“Hay en el colonialismo una función muy peculiar para las palabras: ellas no designan, sino que encu- bren.” Por eso la descolonización no puede ser sólo un pensamiento o una retórica, porque las palabras suelen desentenderse de las prácticas. Se puede hablar contra el racismo mientras éste impregna y orienta, subterráneamente, lo que se hace. ¿Cómo explicar sino, inquiere Silvia, los estallidos racistas colectivos en Cochabamba y Sucre en 2007 y 2008?

Al mismo tiempo, el registro visual nos permite descubrir los modos en que el colonialismo se com- bate, se subvierte, se ironiza, ahora y siempre. Es así que los dibujos de un cronista del siglo XVII (que forman parte de este libro) pueden interpretarse como verdaderos flash backs desde los que repensar el pasado según una nueva mirada del presente. Y viceversa: porque a partir de esas imágenes de antaño que se sustraen al ordenamiento histórico oficial, es posible reabrir la pretendida objetividad del presente. Este procedimiento de problematización visual es entonces doblemente filoso, en tanto nos habla de una historia viva, que pugna constantemente por irrumpir, sometida a un juego de fuerzas que la actualiza y, además, nos conecta con las culturas visuales como potencias de interpretación, desmitificación y contrapunto de las culturas letradas.

¿Y qué son hoy nuestras ciudades sino una suerte de exceso de imágenes, de desborde visual, una promiscuidad de escenas, signos y situaciones?

La vida urbana contemporánea –en La Paz o en Buenos Aires– nos liga directamente con otra pre- ocupación de Silvia: el modo en que lo mestizo o lo ch’ixi da cuenta de una realidad donde “coexisten en paralelo múltiples diferencias culturales, que no se funden sino que antagonizan o se complemen- tan”. Una mezcla no exenta de conflicto, ya que “cada diferencia se reproduce a sí misma desde la profundidad del pasado y se relaciona con las otras de forma contenciosa”.

En pleno auge de los festejos bicentenarios en nuestro continente, lo indio no puede reducirse a lo arcaico ni lo originario convertirse en un estereotipo más. La actualidad de nuestras abigarradas ciuda- des no puede pensarse sin ese conjunto de desplazamientos territoriales que atraviesan todo tipo de fronteras (de países, oficios, costumbres, lenguajes, comidas, etc.). Es en ese ir y venir incesante donde se constituye la trama material de nuestra vida diaria.

Lo indio no debe ser planteado entonces en términos de una identidad rígida, pero tampoco puede subsumirse en el discurso ficticio de la hibridación. Lo ch’ixi como alternativa a tales posturas, conju- ga opuestos sin subsumir uno en el otro, yuxtaponiendo diferencias concretas que no tienden a una comunión desproblematizada. Lo ch’ixi constituye así una imagen poderosa para pensar la coexisten- cia de elementos heterogéneos que no aspiran a la fusión y que tampoco producen un término nuevo, superador y englobante.

Con esta publicación conjunta entre Editorial Retazos y Tinta Limón buscamos vincular tales elaboraciones con las realidades que aquí vivimos. Quedan lugar a situaciones complejas y singulares, en las que llega a ocurrir que en nombre de las “tradiciones andinas” se justifique judicialmente la explotación a destajo en los talleres textiles clandestinos. Pero también nos interesa desafiar estos textos a partir de las experiencias de construcción de nuevos territorios en los que se reinventan las figuras del hacer colectivo. Territorios que conjugan de otra manera las formas comunitarias y la organización política autónoma. Estas premisas nos permiten relanzar, aquí y ahora, la pregunta por las prácticas de descolonización.

Junio de 2010

* RIVERA CUSICANQUI, Silvia; Ch’ixinakax utxiwa: Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores.Tinta limón, Buenos Aires, 2010. Texto sugerido por DG.


domingo, 29 de enero de 2012

América mágica. Mitos y creencias en tiempos del descubrimiento del nuevo mundo

El texto, escrito por Jorge Magasich y Jean Marc de Beer, el primero chileno y el segundo belga, narra la manera como los españoles que conquistan América, entienden que están encontrando una serie de lugares míticos, que se creía, estaban ubicados más allá del Mar Océano. La creencia tiene larga tradición:

Vendrán los tardos años del mundo ciertos tiempos en los cuales el Mar Océano aflojará los atamientos de las cosas y se abrirá una grande tierra y un nuevo marinero como aquel que fue guía de Jasón que hubo nombre Thyphis descubrirá nuevo mundo y entonces no será Thule (Islandia) la postera de sus tierras.  Séneca, Medea, Siglo I d.c.


En el marco de la introducción, se ofrecen estadísticas que permiten entender cual podría ser la población indígena en el momento de la llegada de Colón y su dinámica en los años posteriores a ésta. Al respecto, los autores citan estudios realizados por la Universidad de California, llevados a cabo en México central, probablemente, uno de los lugares más poblados de la América de entonces. Los investigadores Cook y Borah, basados en documentos fiscales, administrativos y religiosos del siglo XVI plantean la siguiente evolución demográfica:

1519: 25,3 millones de habitantes
1523: 16,8 millones
1568: 2,6 millones
1605: 1 millón

Las cifras son elocuentes. Se trata del mayor etnocidio de la historia, cometido por portugueses, españoles, alemanes, franceses y holandeses. Al respecto, algunos autores han señalado de que manera el escandaloso holocausto que se realizó en América no ha ocupado un lugar en los imaginarios de los ojos occidentales (léase, occidentalocéntricos). Aimé Césaire denuncia esa mancha negra en los ojos europeos en sus anotaciones sobre el colonialismo y le reclama esa ceguera aun a las mentes más lúcidas de Europa en plena mitad del siglo XX.

am

MAGASICH Jorge, Jean- Marc de Beer; América mágica. Mitos y creencias en tiempos del nuevo mundo. Ediciones Lom. Santiago de Chile, 2001

sábado, 28 de enero de 2012


translate

Beyond Culture: The Politics of Translation


Hito Steyerl
If there is any single buzz word of contemporary cultural discourse, it is the notion of translation. Hardly any other notion has made such a rapid career in the intellectual world. A concept of quite humble origins was suddenly elevated into the position of one of the key metaphors of modern political and cultural discourse. Like a magic spell in a fairy tale, translation is supposed to provide a key which opens every door and solves every problem of a globalising world. But how is it that a notion derived from concrete literary and linguistic practice has taken on such an important political, cultural and even emancipatory role?

Keeping pace with its new importance, the meanings of translation have multiplied. Translation is no longer exclusively used to describe the processes of communication between different languages, but also becomes a model of time-space, of geopolitical relations, of postnational identities, and ultimately even a metaphor of culture itself. According to Etienne Balibar, the language of Europe is not any of the existing national languages, but translation itself. Thus translation is being proposed as a base for a new European identity founded on cosmopolitan and migrant constituencies. But translation is not only deemed capable of replacing the old model of a community based on a common language, it is also used to explain the basic functions of consciousness, the creation of transnational subjectivities, the reconstruction of adamic language, the creation of the multitude, as well as the transfer from the political to the aesthetic sphere. We can describe the politics of display in a museum as a process of translation just as we can use translation to describe the so-called third space of postnational cosmopolitanism. It is supposed to form the base of the public sphere, just as it is used to suggest a new vision of emancipation. Ultimately, it even replaces the old notion of universality. In a postdialectical era, which is regarded as having overcome binary divisions and metaphysical thinking, translation provides a model for a process of unceasing mediation, which does not allow for fixed identities and stable border lines. Briefly speaking: there does not seem to be any problem in the world to which translation does not provide a solution.

But has the redemptive role that especially cultural translation was supposed to assume been realised? In an age, in which binary antagonisms are violently reestablished at all political, cultural and social levels all over the world, not least of all within the framework of the so-called war against terror, the model of translation seems to have had little effect. And its practical shortcomings cast doubt on many of the optimistic predictions about a new globalised cosmopolitism based on cultural translation. But we need not go so far to see that translation does not provide any solutions in situations, where the most energetic efforts are made to install new national languages or to conserve texts which are considered sacred. Let's remember the institutionalisation of various new national languages in the Europe of the nineties. In a classical example of a deeply politicised narcicissm of small differences, a huge bureaucracy of translation was installed, where actually no translation was needed at all. In many of these situations, translation actually created new divisions by installing artificial linguistic and cultural borders. Thus, translation not only abolishes borders but also helps to create them. Has the notion of translation been overextended?

To understand the situation that the notion of translation has got itself into, let's remember the old joke of the command which was passed down a line of soldiers. An order which originally stated: "Turn left at the next corner" came out translated as: "Shoot yourself in the foot immediately". Has translation in this metaphorical sense shot itself in the foot? Or is translation still a valuable conceptual tool for understanding an impasse of social sciences and cultural studies, which was produced by obsessively translating political and social processes into cultural ones?

The project translate is intended to establish a platform to develop a thorough critique of the concept of cultural translation: by establishing its limitations, thus sharpening its profile and unfolding its concrete potential. Its inflationary use has concealed the radical consequences that a practical implementation of cultural translation would have for the realm of national culture, which is based on constructing exclusive national canons, national systems of education, and thus national cultural elites, which are firmly entrenched in the stable material conditions supporting them. Any real attempt to promote cultural translation would invariably change a system in which global culture is the result of the addition of national ones. But is there any concrete sphere of cultural or political articulation today for the constituencies of cultural translation identified by Balibar, namely cosmopolitans and migrants or other groups that are not supported by the traditional infrastructure of national culture and the political structure of the nation state? And where would that sphere be located? Is cultural translation a way of unfolding difference or managing it? What practical consequences does it have for working in a transnational framework? How is it actualised in artistic practice and within political and social movements? Translate will discuss those questions on a theoretical level and within the framework of ten artistic projects realised by our partner institutions.

Lectura sugerida por JA
Captura llevada a cabo el sábado 28 de enero de http://translate.eipcp.net/#redir